La morada de los ángeles by Jordi López Monedero

autor:Jordi López Monedero
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Policial
publicado: 2013-12-18T23:00:00+00:00

Miguel de Cervantes Saavedra.

Aranda de Duero, martes 5 de junio de 2007.

Elena Caurel detectó una nueva anomalía. Se había levantado a las cinco y media de la mañana, después de permanecer en la cama algo más de tres cuartos de hora con los ojos abiertos, dándole vueltas al problema. En realidad no sabía con certeza si podía considerar como tal lo que estaba viendo en la pantalla del ordenador, o si se trataba de la consecuencia lógica de haber introducido nuevos parámetros en Adenearth2007-0.1. En el interior de la gran mancha azul verdosa que había ampliado utilizando la función <<Zoom>> del programa, concretamente la correspondiente a la zona geográfica que ella estaba estudiando, habían aparecido elementos que a simple vista apenas podían distinguirse, pero que su programa detectó y puso en evidencia en forma de cambios cromáticos prácticamente imperceptibles si no se prestaba la debida atención. Entornó los ojos para fijar la vista en la pantalla, pensativa. Empezó a darle vueltas en la cabeza a una cuestión: ¿qué pasaría si aplicaba el espectro infrarrojo a lo que estaba viendo, al igual que hizo en su momento con las fotografías del terreno que estudiaba y que tan pacientemente había ido reuniendo? No perdería nada intentándolo, se dijo. Abrió uno de los menús del completo programa y pulsó sobre la pestañita <<Color>>. Automáticamente surgió en pantalla un submenú que ponía a su disposición múltiples posibilidades; pulsó sobre <<Gradación>>, después <<Gama>> y finalmente <<Infrarrojo>>. La pantalla parpadeó ligeramente, y el aspecto de su contenido varió sensiblemente. Elena notó cómo se le aceleraba el pulso al observar el resultado. Aparecieron entonces, con toda claridad y perfectamente visibles, varias manchitas oscuras en el interior de la principal; automáticamente se preguntó qué sucedería al introducir el resto de las fotografías. Evidentemente Elena basaba ahora su trabajo en el análisis de imágenes; es decir, imágenes invariables que no gozaban de movimiento. No tenía la certeza, pero pensó que una de las posibilidades al introducir el resto de las copias sería la obtención de movimiento. Fue la primera impresión que recibió al detectar los nuevos corpúsculos, es decir, que probablemente gozarían de capacidad de movimiento. Habían cuatro y estaban dispuestos sin mantener un orden aparente en el interior de aquella especie de masa compacta de color. Elena no comprendía nada en absoluto. Bebió un poco de batido de frutas mientras tamborileaba con los dedos sobre la superficie de la mesa. ¿Qué sentido podía tener todo aquello?, se preguntó. Manoseaba distraídamente el pequeño envase de su zumo cuando se le ocurrió algo; estaba observando el resultado de la simulación con una de las fotografías. Con una cualquiera, elegida al azar. ¿Qué sucedería si probaba con otras, pertenecientes a días distintos? Dadas las circunstancias, era otra posibilidad; y Elena no estaba dispuesta a pasar por alto ninguna oportunidad de lograr un avance, por nimio que éste fuera. No obstante, antes de pasar a otra de las imágenes, hizo que el programa retuviera la presente como un parámetro más. Añadió también la fecha y la hora en que fue tomada la instantánea: veinticuatro de mayo de dos mil siete.

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